jueves, 11 de noviembre de 2010


Creo merecer una siesta abrazada a vos.
Queda cierta información que mis células quieren compartir con las tuyas,
más allá de las reacciones químicas y de cualquier tipo de libreación de endorfinas.

El hecho de que alguien más conozca la textura de tu piel ya no me llena el cerebro con notas que se balancean en las manos de los clips.

Las huellas físicas se las lleva el placer como el mar a los dibujos en la arena.
Me importa más el mensaje que guarda el agua salada...
seguramente sean los dibujos que nos hacen en el alma.

Hay una marca que de tanto conocerla creo que me pertenece.
Quizás sea la estúpida coincidencia, a la cual disfrazo constantemente bajo el traje del destino , pero la encuentro en cada cuello en el que mi mano juega un rato.

Tengo la absurda certeza de ser indeleble en tu orilla.

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